¡Detente, vuelve a recordar quién es Dios!

Que bello paralelismo encuentro en este salmo; mirar atrás y lamentarme por lo que ya pasó, hacer una y otra vez una retrospectiva de mis años alegres, de los cánticos que existieron, de mis tiempos de refrigerios, y luego al instante que aparece esa sensación de malestar insípido al alma, cuando las preguntas abochornan el espíritu; ¿dónde estás ahora Señor?, ¿te olvidaste de mí?, entran triunfalmente esos recuerdos que sostienen la esperanza, que limpia el cristal de mi mirada y me detienen, detienen mis temblores internos. Medito en Dios y sus hechos llegan hasta el epicentro de mi identidad y me rehace. Soy otra vez, vuelvo a apegarme.

Te conozco Dios, conozco lo que haces, conozco tu carácter, no puedes detener tus piedades, tendrás misericordia como antes, como siempre, Tú eres el Dios que hace maravillas.

By: Magdy.

Salmo 77

Salmo de Assaf.

Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf.

Con mi voz clamé a Dios,
A Dios clamé, y él me escuchará.

Al Señor busqué en el día de mi angustia;
Alzaba a él mis manos de noche, sin descanso;
Mi alma rehusaba consuelo.

Me acordaba de Dios, y me conmovía;
Me quejaba, y desmayaba mi espíritu. Selah

No me dejabas pegar los ojos;
Estaba yo quebrantado, y no hablaba.

Consideraba los días desde el principio,
Los años de los siglos.

Me acordaba de mis cánticos de noche;
Meditaba en mi corazón,

Y mi espíritu inquiría:

¿Desechará el Señor para siempre,
Y no volverá más a sernos propicio?

¿Ha cesado para siempre su misericordia?
¿Se ha acabado perpetuamente su promesa?

¿Ha olvidado Dios el tener misericordia?
¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah

10 Dije: Enfermedad mía es esta;
Traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.

11 Me acordaré de las obras de JAH;
Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.

12 Meditaré en todas tus obras,
Y hablaré de tus hechos.

13 Oh Dios, santo es tu camino;
¿Qué dios es grande como nuestro Dios?

14 Tú eres el Dios que hace maravillas;
Hiciste notorio en los pueblos tu poder.

15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo,
A los hijos de Jacob y de José. Selah

16 Te vieron las aguas, oh Dios;
Las aguas te vieron, y temieron;
Los abismos también se estremecieron.

17 Las nubes echaron inundaciones de aguas;
Tronaron los cielos,
Y discurrieron tus rayos.

18 La voz de tu trueno estaba en el torbellino;
Tus relámpagos alumbraron el mundo;
Se estremeció y tembló la tierra.

19 En el mar fue tu camino,
Y tus sendas en las muchas aguas;
Y tus pisadas no fueron conocidas.

20 Condujiste a tu pueblo como ovejas
Por mano de Moisés y de Aarón.

Notas: Las escrituras demuestran que David, Asaf, Job y otros santos del Antiguo Testamento salieron de sus tiempos oscuros recordando la fidelidad de Dios a generaciones pasadas. David escribió que cada vez que su corazón estaba desolado, “Me acordé de los días antiguos; meditaba en todas tus obras; reflexionaba en las obras de tus manos.” (Salmo 143:5). Asaf hizo lo mismo: “Me acordaré de las obras de Jah; sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas.” (77:11). Ciertamente, Asaf dice que todo Israel “y se acordaban de que Dios era su refugio,…” (78:35).

 

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